Chernobyl Series II – Capítulo 3 – Safety first…

El tren para suavemente en Semykhody, la estación ya no se parece mucho a una estación convencional, estamos en Chernobyl, esto es territorio muy controlado, el tren entra encajonado como en una nave, no puedes salir ni entrar al tren si no pasas por el control de seguridad, no hay visión con el exterior, todo son paredes que guían a los trabajadores hasta los guardias que piden la documentación a todo el mundo.

Irina lleva el documento que me autoriza a entrar en la zona restringida, el señor lee atentamente el documento, hace las correspondientes comprobaciones con mi pasaporte y me aprueba la entrada.

Tras el control de seguridad, se abre un pasillo amplio que da a las entradas a los vestuarios, todos los trabajadores antes de acceder a su puesto de trabajo se quitan algunas prendas de ropa que traen de casa.

Entran en el vestuario, dejan zapatos, pantalones y abrigos, después, pasan a otra estancia donde se ponen la ropa de trabajo, si el trabajo es en un lugar con alta radiación la ropa laboral se lava en Chernobyl, pero esto lo comentaré mas adelante, cuando vi gente desnuda, solo con una bata blanca.

Como yo no tenía que cambiarme, esperé pacientemente a que terminaran mis anfitrionas, una vez uniformadas correctamente, subimos a una amplia y limpia furgoneta de personal con chófer, y por una carretera que bordea la central vamos hasta la puerta principal de la central, frente a la estatua de Prometeo y el memorial de los fallecidos en el accidente y poco después (explicado en los relatos del viaje de 2013), allí Irina se baja a hacer unas gestiones y proseguimos hasta el edifico de su oficina, antes de llegar ya había podido ver bien como quedaba el nuevo sarcófago en su posición final y como había cambiado el «sky line» del reactor 4 desde mi primera visita en 2013.

El edificio donde trabajan Irina, mi mujer y Natasha tiene tres plantas y son todo oficinas y despachos, salas de reuniones, etc.

Este edificio esta a tiro de piedra del memorial dedicado a los liquidadores.

Al entrar en su oficina, me presenta a algunas compañeras, hablamos algo de Chernobyl, de mi anterior viaje, de España, mi visita de hoy era algo que agradablemente se salía un poco de la cotidianidad diaria.

Pasa un tiempo y llega la hora del té, yo soy de café mañanero y a la calle, no tengo por costumbre comer al levantarme, y claro, en unas horas voy que le pego bocaos a las barras de uranio si me las ponen delante, así que tomamos un té y unas pastas que me dejan el cuerpo «arreglao» para la visita.

Una vez con las energías a tope, y mi acreditación como visitante, toca el briefing de seguridad, me llevan a una sala de reuniones, allí estaba Oleg, un inspector de seguridad y una interprete ucraniano-ingles, ya que yo de ucraniano ni papa…

Oleg, con semblante serio (no estamos en un parque de atracciones) y la interprete, una chica joven que había conocido antes en el despacho de mi mujer me explican las medidas de seguridad que debo conocer antes de adentrarme en la zona de trabajo del nuevo sarcófago.

Este briefing ya lo tenía en parte asimilado de mi primera visita, ya que las medidas básicas antirradiación también me las explicaron cuando fui en el viaje del 2013, aquí lo nuevo era que partes del EPI (Equipo de Protección Individual) debía llevar en cada momento de la visita según el lugar en el que nos encontremos, gafas, mascarilla, etc.

Al finalizar el briefing, vuelvo al despacho e Irina me proporciona un casco, unas gafas de protección, botas, una mascarilla, un chaleco reflectante, un dosímetro de seguridad, unos guantes y una chaqueta mas acorde a un ambiente laboral que a pasear por la calle como la que llevaba, quedando tal cual veis en la foto siguiente.

Ya estaba formado y equipado para entrar…