Chernobyl Series – Capítulo 8 – Día 2 – Red Forest, Death Bridge…

Ya en el coche despues de haber visto el reactor 4, el memorial de los liquidadores, y como «bola extra» haberme encontrado con la obra del nuevo sarcófago, ponemos dirección a Pripyat.

No es mucho tiempo de coche, apenas unos km separan la central de la ciudad de Pripyat, en su día de algo mas de 50.000 habitantes.

Damos la vuelta a la central y llegamos a un cruce de carreteras donde veo en un lado un monumento muchas veces visto en fotos, las letras que dan la bienvenida a Pripyat.

Al bajarme del coche, lo primero que me llama la atención es un grupo de caballos salvajes a pocos metros de mí, me aseguré bien de que tenían 4 patas y 2 ojos… sí los tenían, por lo menos por fuera parecían caballos normales, luego ya por dentro no se como estarían, lo mismo tienen 2 corazones y tres riñones… pero allí estaban pastando hierba radioactiva como si nada a 900 metros del reactor 4, no les auguro yo mucha esperanza de vida a estos equinos si siguen con esa dieta…

Debajo de las letras blancas, grandes y casi impolutas para estar donde están, hay unas jardineras con flores, como si de una tumba se tratara, este lugar es parada obligatoria, a partir de aquí empieza la segunda parte importante del viaje, si bien el viaje tiene muchos sitios donde ir y parar para hacer fotos, el reactor 4 y Pripyat son sus platos estrella.

Fotografío las letras desde todos los ángulos, tanto con la réflex como con el iPhone, bajo las letras hay un año, 1970, año de fundación de la ciudad, casi podríamos poner junto al año de fundación de la ciudad, el año de «defunción» cuál lápida… «Pripyat 1970-1986», ya que esta ciudad es de las pocas que tiene escrita en su historia la fecha de «fallecimiento».

Estando en ese sitio hay una cosa que me inquieta, el dosímetro no para de sonar, es el primer lugar en el que el «chisme» pita estando en cualquier sitio, pita del ambiente, otras veces lo he tenido que acercar al suelo, o a algún objeto, o delante de la misma central, pero aquí pita hasta dentro del coche.

Le pregunto a Igor el por qué, y me cuenta que estamos en zona de «Red Forest», el famoso bosque que mutó a rojo cuando le vino la nube radioactiva instantes después de la explosión, el bosque rojo era uno de los objetivos de mi viaje, pero mi gozo en un pozo cuando le pregunto donde esta, y me dice que debido a la alta radiación lo talaron y lo enterraron, pero que estaba ahí señalándome con el dedo, así que la cosa estaba clara, sin estar los árboles ya pita el dosímetro no me quiero imaginar la que habría aquí de radiación, de hecho, en ocasiones posteriores que pasábamos por allí con el coche sin parar, se ponía a pitar al llegar a ese cruce y dejaba de pitar una vez que nos alejamos.

Continuamos con el coche hacia Pripyat, Igor se para en un puente sobre unas vías de tren, me dice que estamos en el «Death Bridge».

El puente de la muerte en nuestro idioma, es un puente donde algunos de los habitantes de Pripyat se acercaron a ver la extraña belleza del fuego que emanaba del reactor 4, no era un fuego convencional, era una mezcla de colores extraños, olores y sensaciones desgraciadamente novedosas para la población, la nube radioactiva les estaba dando de lleno, según quien lo pudo contar antes de morir, la sensación era como si miles de alfileres te dieran en la cara, y el sabor de la boca a hierro, era como si hubieras estado chupando una viga, estaban recibiendo dosis de radiación millones de veces superior a lo que es capaz de eliminar el cuerpo por medios naturales, estaban, literalmente, viendo su muerte.

Llama la atención como han crecido los arboles en medio de las traviesas después de tantos años sin pasar un tren.

Igor me llama, me subo al coche, nos vamos…