Chernobyl Series – Capítulo 3 – Día 2 – Ciudad de Chernobyl (I)

La noche anterior reconozco que me costó un poco dormir, mi nivel de emoción y excitación rozaba mi máximo histórico, al día siguiente iba a visitar un lugar místico para mí, un lugar internacionalmente conocido, un lugar que no deja indiferente a nadie, o no quieres ir o te mueres por visitar, mi caso era afortunadamente la segunda opción…

El primer error que cometí fue no adelantar el reloj, ya que en Ucrania es una hora más que en la península ibérica, así que cuando estaba terminando de desayunar (no si antes pelearme con el microondas en cirílico…) y aunque ya vestido porque la emoción me despertó a las 7 de la mañana, Igor, con el que había quedado a las 10:30, apareció para mí a las 9:30, pero bueno, como ya estaba vestido me hice el loco y a la pregunta «are you ready?», le respondí con un rotundo… «Yes.!!»

La entrada a la zona de exclusión tiene como hora límite las 11:00, pero como estábamos a escasos 10km, llegamos a la hora justa, llegamos al Check Point de Dytyatky

Por el camino, Igor, me va dando las primeras indicaciones de seguridad, no fotografiar a los policías, ni a los militares, ni a la barrera que corta la carretera, ni al control de seguridad, solo se puede fotografiar a la «Mamma Maria», el mapa donde indica la radiación y el cartel de advertencia de zona controlada.

También me indica que tenga el pasaporte a mano, que previamente, mientras llegábamos, había comprobado que el número de pasaporte que di al reservar el viaje coincidía con mi pasaporte, toda la burocracia era correcta, y así lo confirmaron los policías del control al echarse unas risas con Igor y posteriormente abrir la barrera...

Al ver levantada la barrera y cruzar su umbral me dije para mis adentros... "Ahora sí que sí...", estoy dentro de la zona de exclusión de 30km, estoy dentro de... "La Zona"

Nada mas enfilar la carretera después de cruzar la barrera, se abre ante mí un paisaje atronador, una larga recta, de la cual no se veía su fin, Igor acelera el coche y a una velocidad de 100 km/h enfilamos rumbo norte hacia la población de Chernobyl, primera parada...

Llegamos a la especie de monumento-monolito que anuncia la llegada a la localidad, un muro de piedra grande, al margen izquierdo de la carretera, donde dice claramente (para el que entienda ucraniano...) "Chernobyl", en letras verticales azules y coronado por un átomo, el primer contacto con la radioactividad, ver el símbolo de un átomo, bueno dos, ya que aparte del átomo, en el muro está representado el icono nuclear que todos conocemos, los 3 polígonos con el circulo en medio, estaba en Chernobyl.

Igor, que viene casi todos los días... si si, todos los días, y ahí esta el tío, vivito y coleando, me dice que ahí pone Chernobyl, y que es muy común en estos lares hacer estos monumentos a la llegada a las ciudades.

Ya de camino me había preparado la cámara réflex, la cual colgaba de mi cuello, también llevaba una cinta porta llaves, de la cual colgaba un clip para el iPhone 5, así que iba más "armao" que Chuck Norris, iba a hacer fotos, era evidente...

Así que me pongo a hacer las fotos al monumento de entrada a la ciudad, de él llama la atención el átomo, y el símbolo nuclear, el cual está rodeado por un árbol y unas piezas metálicas, no sé que querían decir con esto, "lo nuclear" muy natural no es, ya que aunque el mineral se extraiga de la tierra, su proceso de enriquecimiento lo hace de todo menos natural... luego las piezas metálicas no se si querían indicar la mano manufacturadora del hombre, el caso es que estábamos en una zona que vivía de la energía nuclear, y en cualquier sitio veías el símbolo.

De la primera parada me llama la atención unas tuberías que iban por la superficie, cruzaban las carreteras, los caminos, cubiertas por material aislante, pregunto a Igor y me cuenta que son las canalizaciones de agua, y que el edificio que hay junto al monumento de entrada a la ciudad es el edificio de la empresa encargada del suministro de agua.

Este agua se trae de fuera de la zona de exclusión, para evitar beber o ducharse con agua contaminada, ya que todos los acuíferos de "La Zona" están contaminados y su agua no es apta ni para las cucarachas...

Una vez hechas las fotos y dadas las explicaciones, continuamos el camino, Igor y yo seguimos hablando del "guión" del viaje, de lo que iba a ver, de las precauciones, no para de enseñarme el dosímetro, y de decirme que en su casa en Kiev hay mas radiación que aquí, me dice que lo normal, la radiación natural y asumible por el cuerpo es de 0,15 a 0,30 micro Sievert, la verdad es que el dosímetro siempre rondaba los 0,11 micro Sievert, pero tenía claro que no tardaría en subir...

Llegamos a una especie de plaza, Igor me deja allí, me indica que aquí me puedo tirar un rato haciendo fotos, y que él va un momento a la cantina a reservar mi mesa.

En esa plaza, lo primero que me impacta es ver al Arcángel Gabriel, mediría unos 6-7 metros de altura, estaba hecho con varas de hierro, su visión era terrorífica, allí te dabas cuenta de que aquí paso algo gordo, muy grave, y que todo lo que recuerda a ese suceso es sumamente impactante, y eso que acababa de empezar.

También había una fila de placas con nombres en cirílico, era como si fueran lápidas de un cementerio, todas perfectamente alineadas, son las placas de las aldeas, pueblos y ciudades que quedaron deshabitadas debido a la fuga radioactiva, muchas incluso tenían flores, imagino que puestas por los antiguos habitantes, estaban clavadas en el suelo con un palo de hierro, por un lado la placa blanca de entrada a la localidad, y por detrás, la placa negra con una franja roja que la cruza en diagonal, la cual uno veía cuando abandonaba la localidad, la visión de este "cementerio" es impactante, sobre todo cuando sabes que alrededor de 116.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares casi "con lo puesto" 36 horas después del accidente, para muchos niños fue demasiado tarde, 1800 niños padecieron cáncer de tiroides por culpa del yodo-131.

Continuo andando por esa zona, una mezcla de memorial y cementerio, y veo una escultura que me sobrecoge, un forzudo domando a base de fuerza bruta una especie de toro, ni Igor ni un compañero suyo que iba con un grupo de ingleses supieron decirme de que ser mitológico* se trataba, bueno, mas que no saberlo, simplemente no se acordaban, no sé exactamente que quería representar, pero a mí me dio la impresión de que el toro era la radioactividad, y el forzudo representaba a la raza humana tratando de dominar la fuga nuclear, toda una representación de lo sucedido con una simple pero sobrecogedora estatua, puesta a propósito, ¿casualidad?.

Junto a esta estatua y las placas de las localidades, había una especie de árbol hecho también de varillas de acero, con unas pequeñas casetas para pájaros en su parte superior, también deshabitadas como las casas de los humanos...

Un lateral de una casa-museo estaba cubierto por una lamina, en la cual estaba representado el interior de un reactor, con su forma característica de distribución de barras de combustible, el cual estaba envuelto en llamas simulando la explosión, y de él salían unos pájaros con las patas y alas atadas con alambre de espino, de aquí entiendo que la explosión ató la vida y le cortó las alas a todos los que habitaban esta zona, totalmente sobrecogedor, por la representación y su tamaño.

Una vez registrado todo gráficamente con el iPhone y la réflex apareció Igor, fui dando un paseo por una calle mientras me seguía él con el coche, y vi casas abandonadas, hogares unifamiliares donde la única vida que había en ese momento era toda vegetal, la naturaleza había reclamado su territorio y todo estaba repleto de árboles, arbustos y plantas, algunas de ellas habían sido literalmente engullidas por la flora, no se apreciaban caminos, entradas, parcelas, calles, todo estaba inundado de verde.

* Posteriormente un amigo me dijo que es Hércules y el Toro de Creta... (Gracias Vicente)