Chernobyl Series – Capítulo 2 – Día 1 – La ida…

El 26 de abril de 1986, a la 01:24, explota el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbyl, no os voy a explicar más sobre el accidente, porque aquí tenéis información, y un documental muy extenso sobre el accidente y como se abordó.

WikipediaDocumental en Youtube (1h 34m)

Aproximadamente 15 años después del accidente, el gobierno de Ucrania aprueba que un máximo de 10.000 «turistas» visiten la zona radioactiva, llamada «La Zona».

Tenía las ganas de ir, tenía un sitio donde ir legalmente y con… «seguridad…», solo me faltaba encontrar el momento apropiado…

Y ese momento, al fin, llegó…

Se juntaron dos factores fundamentales, el poder ir en lo que a tiempo y economía se refiere, casi era más difícil el poder ir por buscar días que coincidieran con visita y que yo tuviera disponibilidad que el importe del viaje, porque al contrario de lo que pueda parecer, este viaje es bastante barato.

Busqué quien me podía llevar a «La Zona», había varios tour-operadores acreditados por el gobierno ucraniano para ir a la central, miré que ofrecía cada uno y las opiniones de los que ya habían ido, y me decidí por Solo East.

El viaje lo organicé todo por e-mail, mi contacto en la oficina fue Natasha, ella me ofreció varias posibilidades, tour en grupo de un día, dos o tres, o tours con grupo reducido o individual, yo me decidí por un tour individual de dos días, ya que este viaje es una vez en la vida, quería ir tranquilo, y poder recrearme todo el tiempo que quisiera haciendo mis fotos.

Acepté el viaje, y se me asignó guía… Igor…

Reservé el vuelo, que fue Alicante-Amsterdam con Transavia, y Amsterdam-Kiev con Ukranian International Airlines (UIA), y la vuelta igual, ambos en un 737-800, sin problemas en el vuelo ni en la compañía.

Al llegar al aeropuerto de Borispol, allí estaba esperándome con un cartel que ponía Solo East – Mariano Rico, mi guía, Igor, un tío bajito, con el pelo cortado a «cacerola» y con una sonrisa «profident» que deslumbraba.

Tenía claro el «guión» del viaje, y lo primero que quería hacer era comprar una tarjeta SIM para el móvil, ya que quería estar permanentemente comunicado vía Internet, para poder informar de mi posición a mi familia y amigos, y poder subir fotos a Instagram en tiempo real, aunque parezca extraño, hay cobertura en toda «La Zona», Chernóbyl, Pripyat… la operadora elegida fue Kyivstar, la cual con una recarga de 100 grivnas (+/- 10€) tuve Internet todo el viaje, y me sobró, eso si, no os desesperéis, no hay 3G, sólo EDGE que iba a unos 150-200 kbit/s, aceptable para estar donde estaba.

Lo siguiente, comprar comida, dentro del mismo centro comercial donde adquirí la SIM, había un hipermercado, donde compré comida, bebida, condimentos, café, leche… vamos, todo lo necesario para pasar unos días autosuficientes, ya que no iba a estar en un hotel convencional, iba a estar en una casita de madera muy coqueta, en Orane, a 10 km del Check Point de Dytyatky.

El alojamiento en este viaje tiene varias opciones, las dos que yo conozco son, tener el hotel en Kiev, y desplazarte algo más de 100 km ida y vuelta cada día hacia y desde «La Zona», o quedarte en el Chernóbyl Hotel, una casita de madera con varias habitaciones, un porche a lo «Heidi» y unas zonas verdes frente a la casa, con lago, embarcadero… vamos, un sitio idílico que contrastaba completamente con el destino final de mi viaje.

Una vez hechos los cerca de 130 km que hay desde Kiev hasta el hotel, me recibe en la finca, el cuidador de la casa, pero al entrar, ambos me llaman la atención y me señalan un cartel que dice… «Keep your radioactive shoes outside» (mantenga sus zapatos radioactivos fuera), hay que descalzarse y dejar las botas o zapatos fuera de la casa, no quieren que se deje barro radioactivo o cualquier residuo dentro de la casa, lógico y normal, ese fue mi primer contacto con la peculiaridad del lugar a donde iba, a partir de este momento, la emoción aumentó considerablemente…

Una vez instalado en la casa, hice el repaso del lugar como esta mandado, teles lcd de gran formato, wifi, chimenea, nevera de dos puertas con dispensador, el aseo limpio, todo muy bien arreglado, una casa de madera preciosa.

Pero mi turismo no era la casa, así que a cenar y a dormir, que mañana, por fin, empezaba lo bueno…