Chernobyl Series – Capítulo 14 – Día 2 – Disfrutando de Pripyat…
Llegamos a un edificio de tres plantas, y en cuya entrada una cristalera, en su parte superior una hoz y un martillo, y en su parte inferior una estrella roja, Igor me dice «This is the Pripyat police station» tenía ante mis ojos una comisaria soviética auténtica.
Ya nada mas entrar, estos símbolos te dejan sobrecogido, el guía se queda en el coche mandando unos mails y me indica como llegar a las celdas, otro punto fotográfico que no contemplaba en el programa y me sorprendió.
Al entrar y girar por el primer pasillo me perdí, estaba siguiendo las indicaciones de Igor pero se ve que no le entendí bien cuando giraba su mano en el aire indicándome left y right, y no encontraba las celdas, volví sobre mis pasos y preferí andar detrás de Igor que ya estaba esperándome en el hall de la comisaria.
Imagino que en las plantas superiores sólo habría oficinas porque no llegamos a subir, fuimos directamente a la parte trasera, a la zona de celdas.
Lo primero que me encuentro es una celda con los barrotes blancos, gordos, y perfectamente cuadrados, casi como los que se gasta «El Comisario» en «Águila Roja», era mucho mas allá del «vintage», dos bancos para sentarse hacían la estancia un poco mas «agradable».
Los azulejos estaban todos, incluso tenían buen aspecto a la luz del flash de la cámara, hasta estaba el candado, es como si el tiempo también hubiera estado recluido en esa celda.
Al girar por otro pasillo tuve que recurrir a la linterna del iPhone, estaba muy oscuro y no veía «un pijo», veo ante mi un pasillo con el suelo rojizo con unas puertas extrañas, eran las puertas de seguridad de unas celdas como de seguridad o algo parecido.
Unas puertas macizas, sin barrotes, con una puertecita metálica con un pestillo como un dedo de gordo, por el que imagino que les darían la comida o sacarían las manos para ponerle los grilletes antes de salir.
No las llegué a contar, pero viendo las fotos habrían unas diez, al fondo otra puerta con barrotes, la atravesamos y vamos a la parte trasera al aire libre, una zona pequeña y con la suficiente entrada para un vehículo, donde imagino que entrarían los coches policiales con los detenidos y de ahí a los calabozos de donde venía, lo intuyo porque esa zona trasera del edificio descubierta, aunque en el interior de un recinto, tenía la parte superior enrejada, de tal forma que no se podía saltar el muro de ninguna forma.
De esta enrejada estancia salimos a la calle, continuamos andando hasta una especie de nave industrial con unas puertas grandes, podía ser cualquier cosa, pero viendo la cantidad de piezas de camión que tenia a mi alrededor estaba claro, era un taller mecánico.
En el taller veo principalmente piezas de camiones, también hay un autobús amarillo entre unos arbustos que me recuerda a los "School bus" americanos, muchos de estos camiones y autobuses están de lado y apoyados en una barra de hierro, ¿ahorro de elevadores?, ¿saqueos?, a saber...
Camino a la siguiente nave veo unas setas curiosas para mi que no entiendo nada de hongos, tenían forma de campana estrecha y puntiaguda y me resulto curioso.
Recién llegados a la nueva infraestructura, de ésta destacaba su torreta y un mástil para antenas, le digo a Igor si es una "fire station" y me confirma que si, es la estación de bomberos de Pripyat, era grande, y parecía bien equipada, amplia zona de garajes, torre para practicas, antena alta, y un edificio anexo al garaje para las estancias de la dotación del parque.
El día se estaba acabando, pero antes había plato fuerte...
Igor me dice que le siga, llegamos a una pequeña zona abierta donde veo una garra de metal de pie en el suelo, de las que se usan para remover tierra, saca el dosímetro del bolsillo y se pone a medir en el interior de los dedos de esta mano de metal, y aquello empieza a subir micro Sievert y a dar "berridos" como un descosido, no paraba de pitar mientras el valor no dejaba de subir.
Detrás de esta garra para mover tierra, Igor se agacha hacia una pequeña pieza metálica, de forma casi cúbica, deja el dosímetro apoyado en esta pieza y empieza a aumentar el valor de la pantalla, 360 micro Sievert (recordemos que delante de la central "solo" hay 4,41 micro Sievert), sigue subiendo y llega un momento que cambia de escala y pasa de micro Sievert a mili Sievert, ya estábamos empezando a pasar a palabras mayores.
El dosímetro se estabiliza a 1,98 mili Sievert, es decir, 2 mili Sievert/hora que estábamos recibiendo el tío Igor y yo, es impresionante la cantidad de radiación que esta soltando esta pequeña pieza de hierro, ¡unas 13.000 veces más radiación que la natural!, la que podemos tener en casa ronda los 0,15 micro Sievert, uno se piensa que a saber donde habrá estado este trozo de metal para que después de tanto tiempo siga conservando ese nivel de radiación.
Para tranquilidad mía (y del que quiera ir), sabía que cantidad de radiación era perjudicial para el cuerpo, a partir de cuanta cantidad el cuerpo era incapaz de eliminar esa radiación por métodos naturales, como eso imagino que variará en función de la persona, si que he leído que hay un limite de radiación legal en lo que a riesgos civiles se refiere, que esta fijado en 50 mili Sievert/h anuales, Igor y yo, estuvimos a 2 mili Sievert durante unos 5 minutos, lejos del tiempo y de la cantidad, así que la radiación recibida aquí y en el viaje, aunque superior a la que recibimos un día normal de nuestras vidas no llega a ser dañino para el organismo, ya que esa cantidad esta dentro de lo que puede eliminar el ser humano.
La última visita la realizamos en la estación de autobuses de Pripyat, la verdad es que no se apreciaba mucho, me esperaba una explanada con capacidad para unos cuantos autobuses pero mas bien parecía una parada con ventanillas para venta de billetes.
Ventanales amplios, un mapa de las rutas clavado en la pared y el área de espera y venta de billetes, en una puerta a mi izquierda estaba la sala con las consignas.
No me entretengo mas de 5 minutos aquí, no es que tenga mucho que ver desgraciadamente.
Como dije en capítulos anteriores, justo en la entrada a Pripyat, lo primero que te encuentras es un cristo en una cruz... manda huevos, siempre que vas a un sitio "chungo" te encuentras cristos y vírgenes, ¡como si fuera a servir para algo contra la radiación gamma.!
Lo fotografío ahora al salir porque no le dije a Igor que se parara al entrar por la mañana.
Vuelvo al coche y ponemos rumbo a Chernobyl, nos vamos a comer.
Tenía hambre ya, eran cerca de las 5 de la tarde y había "gusilla", nada mas subir al coche saco la lata de Pringles, y empiezo a picar, le paso a Igor algunas patatas mientras conduce, como dos "amigachos" que van de aventura, bueno, de hecho estar sí estábamos de aventura.
Salimos del control de la ciudad de Pripyat, volvemos a pasar por la zona del "Red Forest", el dosímetro pita como no... pasamos la central, y nos alejamos por la carretera que lleva a Chernobyl.
Llegamos a la cantina de Chernobyl, al entrar, lo primero es ir a lavarse bien las manos, en esto Igor no se hace el valiente, nos lavamos a conciencia.
Ya tenía la mesa puesta, y excepto otra mesa con 4 o 5 personas, estábamos solos, voy hacia la mesa, la tenia en el fondo, pero al llegar veo solo un cubierto puesto, y no me siento, somos dos, esa no sera mi mesa, voy a buscar a Igor, y el muy canalla había desaparecido.
Pensaba que comeríamos juntos, pero se ve que tenia que hacer cosas, o quizá no quiera comer de ahí... aunque la cantina garantiza que la comida se trae de fuera del área de exclusión, la comida no estaba mal la verdad, una sopa, una especie de milanesa con patatas y unos pequeños panes redondos con cebolla buenísimos.
Una vez terminado de comer aparece Igor, cogemos el coche y ponemos dirección al hotel, la casita de madera donde empezare a ver todo lo fotografiado y grabado en el primer día del tour por Chernobyl y Pripyat, que no es poco...
Al llegar me pongo a ver las fotos y los vídeos, me empiezan a gustar, me hago la cena, mareo un poco con el portátil y me voy a la cama.
Mañana empezábamos temprano un nuevo día en "La Zona".